miércoles, 22 de julio de 2015

¡Clama a Dios!

Uno de los versos mas conocidos entre el pueblo de Dios es el que menciona el titulo. En lo personal cuando me lo aprendí solo lo repetía y lo repetía sin darle sentido a mi vida, era solo teoría en mi vida, pero creo que la palabra del Señor no solo esta para aprenderla sino para creerla, actuarla y vivirla.


Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jeremías 33:3)


Si nosotros leemos ese verso como debe de ser nos vamos a dar cuenta que no es una sugerencia el que nosotros le clamemos, no es si queremos o tengamos ganas, no mi amado, es una orden del Señor que nosotros tenemos que acudir a Él. Sabes que también lo tomo como un desafío ya que cuando pasamos situaciones difíciles casi siempre hay varios recursos donde podemos acudir para salir de ese problema, pero el Señor lo que quiere es el primer lugar, antes de ir a cualquier lugar, por eso lo tomo como un reto.

Ahora bien, nosotros pensamos que entrar a la presencia de Dios es simplemente clamar, pero no es así, una cosa es pedir y otra es clamar. Pedir es lo que haces con modales cuando le pides a una persona que te pase un objeto o que te haga un favor, pero clamar va más allá de pedir. Clamar es dejar un lado la vergüenza, tu orgullo, tu prestigio para poner esa necesidad en la mesa de quien te puede ayudar. Muchos seguidores de Cristo no se atreven a clamar porque piensan que es una obligación del Señor contestarle todas sus peticiones, pero mi Señor quiere exaltación, quiere que nos humillemos delante de SU grandeza, que nunca dejemos de ser dependientes de Su presencia y que tampoco seamos altivos.

Hay personas que piensan que Dios no responde sus oraciones, pero a lo mejor lo que esta sucediendo es que ellos no están clamando, porque el Señor promete de que si tu le clamas Él mismo te va a responder, va acudir a tu necesidad, no se va a quedar indiferente a tu necesidad.

Por clamar el Señor te trae beneficios (aparte de contestarte porque mi Dios es bueno) promete enseñarte cosas grandes y ocultas que tu no conoces, me da mucho gozo saber esto porque sé que al estar en su presencia voy a aprender cosas que ni me imaginaba y desconocía. Al estar aprendiendo más, provoca que reciba más bendiciones porque creces espiritualmente. También aprendo a cometer menos errores, conozco mas de su voluntad y sobre todo lo conozco a Él.

Como hijo de Dios siempre tengo que humillar delante de mi Señor, que puedo desahogarme, llorar y gritar  porque se que en Su presencia hay la respuesta que necesito. Si tú tienes una necesidad tienes que acudirle antes que cualquier cosa, buscar Su rostro y clamarle porque mi Rey promete que te va a responder.

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