martes, 17 de marzo de 2015

No morirás, sino que vivirás


A lo largo de nuestras vidas vivimos situaciones donde pensamos que ya no podemos avanzar más, donde decimos que no hay más futuro y donde actuamos como si Dios no pudiera intervenir, pero eso no es el estilo de Dios.

Recuerdo a un joven que lo alejaron de su familia, sus propios hermanos lo traicionaron, lo vendieron y lo llevaron a un país que no sabía sus costumbres ni su idioma. Una vez ya estable en un trabajo que le iba bien, fue acusado injustamente por algo que no hizo, por lo que estuvo encarcelado, donde me imagino que los primeros días era de nostalgia, pensando dónde iba a llegar su vida.
Miro a un hombre que tenía todo lo que una persona hoy en día quisiera tener, fama, amigos, esposa, hijos, riquezas. Un día pierde a sus hijos, pierde sus riquezas y también pierde su salud, ya que le pega una lepra, así que de tenerlo todo, queda en una situación donde no tenía nada.

En la Palabra de Dios también veo a un hombre que trabaja dentro del sistema político del país donde habitaba, era una de las personas más influyentes con el rey, tanto así, que el rey había pensado en ponerlo en su lugar. Un hombre sabio, de decisiones firmes y sobre todo tiene una grande comunión con Dios. Los demás compañeros de este hombre le tenían tanta envidia que buscaban como destruirlo, por lo que hicieron que arrojaran al profeta a un foso lleno de leones.

Como saben me estoy refiriendo de José, Job y Daniel, en los tres casos miramos un futuro incierto, donde no eran los planes que ellos habían tenido, que nunca habían pensado estar en la situación que acabo de describir.

He pensado que muchas veces hemos estado en una situación así, en una situación de enfermedad grave, una mala posición economía, una situación ministerial mala, y donde hemos pensado que no hay más para nosotros, que no hay un futuro para nosotros o que es muy difícil que Dios actué. Para ellos les quiero dedicar este verso.

No moriré, sino que viviré,
Y contaré las obras de JAH.

(Salmos 118:17)

En el lugar donde estés y en la situación que estés pasando Dios te va a levantar, así como lo hizo con José, Job y Daniel, lo va a hacer contigo.

Así como ellos no murieron, sino que salieron adelante y pudieron contar las obras que Dios hizo en sus vidas. Tú también vas a hacer lo mismo. Dios va a intervenir en la situación en la que estas para que levantes el nombre de Cristo a las personas que te rodean.  

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